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miércoles, 25 de noviembre de 2015

MASACRE EN OREGON: Asesino disparó en la cabeza a quienes se profesaban cristianos

El asesino de la escuela comunitaria en Oregon (Estados Unidos), identificado por la prensa estadounidense como Chris Harper Mercer, preguntaba a sus víctimas cuál era su religión y si eran cristianos les disparaba en la cabeza, según relataron testigos y sus familias.
El asesino de 26 años ingresó a la escuela con tres pistolas y un rifle semi-automático, cobrando la vida de 10 personas y 7 heridos, según reportaron las autoridades.
Anastasia Boylan, una de las víctimas heridas durante el ataque, dijo a su padre que el asesino ordenó a los estudiantes ponerse de pie, para luego preguntarles si eran cristianos.

“Y ellos se paraban y él les dijo ‘bien, porque eres cristiano, y vas a ver a Dios en apenas un segundo”, relató el padre de Anastasia a CNN. “Y luego les disparó y los mató”, dijo.

Por su parte Autum Vicari, hermana de J.J. Vicari, otro de los testigos de la masacre, presentó un testimonio similar a la cadena estadounidense NBC.

NBC señaló que “Vicari dijo que en un momento el asesino le dijo a las personas que se paren antes de preguntarles si eran cristianos o no. (J.J.) le dijo que cualquiera que respondía ‘sí’ recibía un disparo en la cabeza. Si decían ‘otra’ o no respondían, le disparaba en otra parte del cuerpo, usualmente la pierna”.

La Oficina del Sheriff del Condado de Douglas informó que el asesinato de la mañana de ayer “es considerado un caso con víctimas en masa” y señaló que debido a los protocolos que se siguen en casos como este “la oficina del médico forense del estado será quien maneje la identificación” tanto de las víctimas como del asesino.

Las autoridades no revelaron los nombres de las víctimas ni confirmaron la identidad del asesino, y señalaron que “la investigación policial sobre el asesino y su motivación está en marcha”.

El sheriff John Hanlin pidió a la prensa y a la comunidad evitar el sensacionalismo o la glorificación en torno al asesino, pues “de ninguna forma lo merece”.

“Enfoquen su atención en las víctimas y sus familias y en ayudarlos a recuperarse”, exhortó.

En su mensaje más reciente a la comunidad, el Arzobispo de Portland, Alexander Sample, dentro de cuya jurisdicción se encuentra la escuela comunitaria, expresó su tristeza “más allá de las palabras por la tragedia que ha golpeado” a la comunidad.

“Estoy muy unido con todos ustedes en espíritu y en oración. Somos un cuerpo en Cristo, y cuando un miembro sufre todos sufrimos con él. Mi corazón está de hecho muy cargado con el dolor y la pena con todos ustedes”, señaló.

El Prelado señaló que “debemos unir nuestro sufrimiento, y el sufrimiento de aquellos más directamente afectados por esta tragedia, con la cruz de Cristo. En Cristo, el dolor, la muerte y la pérdida son transformados por la gloria de la resurrección”.

“Encomendemos en nuestra oración a nuestros hermanos y hermanas fallecidos a la misericordia de nuestro amoroso padre. Recemos también por la curación y la fuerza de aquellos que lloran la pérdida de sus seres amados y quienes cuidan por los heridos”, exhortó.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA DESILUSIÓN

La palabra desilusión se encuentra en el vocabulario de todos nosotros, porque hemos tenido sueños que no se han cumplido. Entre más grande sea el sueño, mayor la desilusión. A veces la gente nos desilusiona. Imagínese a la mujer que descubre que su esposo tiene una aventura amorosa. Pensaba que lo conocía, y estaba convencida que nunca la traicionaría, pero ahora sus peores temores se han hecho realidad. Descubre que esa persona amada llevaba una vida secreta. ¡Qué terrible es el engaño!

Con frecuencia los padres se desilusionan de sus hijos; un jefe se desilusiona de su nuevo gerente, y viceversa. A menudo nos desilusionan las circunstancias.

También podemos desilusionarnos con Dios. Una pareja oró por un hijo, y cuando la joven quedó embarazada estaban encantados. Prepararon todo el ajuar y la cuna, pero el bebé murió en el momento del parto, "para mí Dios no vale nada" dijo el hombre furioso, ¿Por qué nos haría esto?

Otra mujer que oró por sus hijos y no recibió la respuesta a sus oraciones y dijo: "Hace tiempo que dejé de confiar en Dios y en la oración. Ni siquiera volví a orar, porque no quiero otra desilusión". 

Las personas y amigos son esenciales pero no olvidemos que son seres humanos que pueden defraudarnos o equivocarse. Afortunadamente las Escrituras dicen: «Nunca te dejaré ni te desampararé» (Hebreos 13.5). Su amistad nos sostiene, aún en medio de las criticas de amigos y enemigos, los desafíos financieros, las decepciones académicas y las relaciones destruidas. Dios es el único cuyo historial está limpio, así que tiene sentido confiar en Él. 

Pablo renovó sus fuerzas y esperanzas a través de su amistad con Dios, por eso escribe: «Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?» (Romanos 8.31–32). Pablo estaba convencido de que nada podía separarlo del amor de Dios: «Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios…» (v. 38). Cuanto más pongamos nuestra seguridad en el eterno amor de Dios, menos poder tendrán las desilusiones para minar nuestras esperanzas.


¿Señor, ayúdame a ver si la persona difícil soy yo?


Aun las personas más difíciles tienen algo bello si nos acercamos lo suficiente como para descubrirlo, y es que su actitud tal vez refleje una angustia interior.

El apóstol Pablo señala en Romanos: «Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos» (12:18) (NVI)

Por eso, le pido a Dios que me ayude a ser paciente con el «lado difícil» de los demás. No siempre se logran buenos resultados, pero es asombroso ver cuántas veces el Señor arregla estas relaciones. 

Por la gracia de Dios, podemos amar a las personas difíciles.
Oremos así: Señor, ayúdame a ver si la persona difícil soy yoEmpieza a orar en secreto por las personas que te dificulta amar. Si conoces su situación, sus dificultades y sus problemas, toma un tiempo y pídele a Dios que los ayude. Ora para que Dios los bendiga, los guíe y los guarde. Intercede por ellos. Declara las promesas sobre ellos y sobre sus familias.

Editores de Nuestro Pan Diario