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martes, 11 de agosto de 2015

MISERICORDIA DE DIOS

Cuando Dios creó al hombre lo hizo para que todo fuera perfecto, para que viviéramos en armonía y disfrutáramos del hermoso paraíso que había construido, pero la tentación se adueñó del hombre y el pecado invadió la tierra, desde allí somos poseedores del pecado, Dios nos prueba todos los días y somos nosotros quien debemos mostrarle nuestra fe y nuestra fuerza para defender y hacer cumplir su palabra.

Cuando pecamos y caemos en tentación; esa relación con Dios se ve afectada por causa del pecado, Dios aborrece el pecado y de allí que cuando pecamos nos alejamos de Dios y empezamos a sufrir las consecuencias de vivir en la imperfección, de vivir en el pecado y de padecer angustia, sufrimiento y dolor. Mientras más vivamos en pecado más nos alejamos de Dios, sin embargo, aunque los únicos responsables somos nosotros por ser débiles de espíritu, esa distancia y esa separación también le duele a Dios, Él se entristece por nuestro mal comportamiento, a Dios no le gusta vernos sufrir, Dios es misericordioso.

Por ello, Dios es nuestro único héroe y sólo Él nos podrá rescatar del sufrimiento, de la agonía y del dolor, Él es nuestro gran pastor, puesto que si alguna oveja se pierde Él correrá a rescatarla, Dios es nuestra esperanza que su bendita misericordia y su piadoso amor nos librará de nuestros pecados y nos hará hacer vivir en paz y en felicidad con nosotros mismos y con nuestro prójimo.

Esa gran esperanza la sembró Jesucristo cuando en una de sus parábolas nos dejó como enseñanza el relato de la oveja pérdida, dicho relato se encuentra en el libro de Lucas 15:4-7, este es un hermoso mensaje digno de conocer y analizar ya que nos muestra cuan misericordioso es Dios con nosotros sus hijos, cuando nos perdemos en el pecado.

Jesucristo, durante su poco tiempo de estadía en el mundo terrenal dejó grandes historias que narran las maravillas que hace Dios en nosotros y como su misericordia es capaz de transformarnos para poder lograr estar en el Reino de los Cielos, ya que todos queremos conseguir la vida eterna y regocijarnos en un lugar donde impere la felicidad y no exista el sufrimiento.

Pero esa transformación empieza por dejarnos rescatar por Dios y permitir que Él nos sume a su rebaño, Jesucristo en la parábola de la oveja pérdida deja muy claro lo que hace Dios, Jesús comenta esta parábola diciendo:“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?” Lucas 15:4.

Jesucristo hace esta pregunta porque todo pastor tiene como obligación cuidar muy bien a su rebaño, nunca dejaría en el desierto una oveja pérdida para que se la comiera un animal salvaje, nunca la abandonaría o la diera por pérdida sin hacer el esfuerzo de buscarla, es tan responsable un pastor que prefiere dejar el resto del rebaño en un lugar seguro pero no descansar hasta recuperar la oveja pérdida.

Continúa Jesucristo con esta parábola manifestando: que cuando ese hombre encuentra la oveja la toma alegremente, la lleva a su casa, reúne a sus amigos y les pide que celebren junto a él que halló la oveja extraviada. Cuando una ovejita se pierde ella se cansa de caminar sin rumbo y su pastor la encuentra postrada en el piso, por lo que tiene que alzarla y llevarla con el resto del rebaño, en el relato el pastor no la golpea ni la amarra son una soga, sino que su felicidad es tan grande, que aunque este cansado la alza, la toma y celebra contento que rescato a la oveja pérdida. Así es Dios, no nos recrimina el pecado, sino por el contrario alivia nuestro sufrimiento y se alegra de poder enrumbarnos por el camino del hombre justo.

Esta historia la culmina Jesucristo diciendo: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” Lucas 15:7. Si un pastor se alegra de encontrar a una oveja pérdida ¿podríamos imaginarnos cuanto sería la alegría de Dios cuando un pecador se convierte?

La alegría en el cielo es inmensa cuando un hijo de Dios se aleja del pecado, Dios busca a su rebaño, Dios busca a los pecadores y los convierte, Él hace llamado al pueblo pecador, debemos ser inteligentes y escuchar ese llamado, ya que Él no obliga a nadie a volver a la vida, Dios busca a los pecadores pero debemos dejarnos guiar por su palabra, el pastor encuentra a su oveja porque la oveja es un animal noble, debemos ser nobles ante el llamado de Dios.

El plan de DIOS es buscar a las ovejas asechadas por el enemigo, por Satanás. Desea buscar a los pecadores inmersos en tentaciones difíciles de combatir, pero no imposibles porque para Dios nada es imposible. Elevemos nuestras oraciones al SEÑOR. Trabajemos en la obra de Dios por las ovejas pérdidas. Hay fiesta en el cielo por cada alma convertida. Sirvámosle a Dios y seamos parte de esa celebración.



 



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