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jueves, 27 de agosto de 2015

HISTORIA: Ella los vió y no pudo decir NO.

La vida es difícil, complicada y pasa a la velocidad de la luz (Especialmente cuando tienes niños). A veces el Espíritu Santo me toca, pero a veces viene como un susurro - una pequeña voz. Y tenemos que tener cuidado de no sentirlo.

Esta historia es linda y aun mejor porque es real. Como nuestras vidas está en constante movimiento y estrés, sin embargo miramos atrás y nos damos cuenta de que hemos perdido alguna oportunidad de hacer algo bueno por alguien. Éste es un recordatorio para detenerse en medio del caos y escuchar el susurro apacible del Espíritu de Dios.

No te detengas, sigue leyendo la historia de esta mujer de Dios y como la llevó a servir en medio de las compras en el supermercado...

Rumbo al super es toda una aventura, con mis tres niños aumenta la aventura. Nos dirigimos a la tienda con el objetivo de llenar la alacena y la nevera.
A menudo trato de comprar lo más rápido y seguro. Ese día no fue la excepción. Cuando llegamos a la caja, sólo 2 cajeros estaban abiertos y las colas eran largas. Yo estaba tratando de elegir una caja, pero una señora delante de mí estaba bloqueando ambos carriles, esperando la atención más rápida.

Una de las cajas tenía pocas personas con carros llenos y el otro cajero tenía 1 sola familia con 4 niños. La señora delante de mí con su familia parecía molesta. Mis hijos estaban inquietos y empezaban a hacer ruido, y sentí en aquel momento cómo Dios me mostró lo que estaba pasando con aquella familia delante de mí.

Mientras los miraba vi a sus 4 hijos mirando ansiosamente... La mamá y papá estaban en el cajero comprando una pequeña lista de comestibles, mientras el atendedor le indicaba el precio total, la madre estaba recogiendo presurosa los productos necesarios. Era obvio que tenía un presupuesto muy corto. Todas las frutas y galletas que escogieron superaba el presupuesto.

Fue ahí que el SEÑOR me dijo en el corazón: "Cómpralo".

Mi familia, gracias a DIOS vive bien y tenemos lo que necesitamos, aún tenemos para extras. Cuando ocurrió esto no tenía ni idea de lo que costaría, pero dije "sí Señor". Hablé con ellos y les dije: "Adelante, tómelos - DIOS está pagando su compra hoy.

La madre sólo me miró. Yo trataba de no hacer gran cosa, pero vi a una de sus niñas y al limpiar las lágrimas de sus ojos me quebró el corazón.

Muchas veces estamos tan ocupados, tan distraídos, que somos extraños a estos momentos dulces. Mis hijos están pasando un buen tiempo porque reciben las cosas que necesitan y lo que les gusta como golosinas. Los pequeños miraban con ansiedad, sin saber si podían conseguir las frutas y golosinas. Miré a la niña y le dije: "Dulce corazón, DIOS te ama y quiere darte toda bendición, porque toda bendición viene de Él. Él es dueño de todo". Fue rápido y sencillo.

Cuando se fueron, el cajero me dio las gracias.

Y la madre me dijo: "¿Sabes qué? Dios hace y da todo, ¿verdad? "

Le dije: "Sí señora, Dios da todo."

Ella dijo: "Wow. Esto que ocurre es amor".

Le dije: "Sí, señora. Él, Dios nos ama tanto ".

El amor no se preocupa por la situación económica.

Al amor no le importa lo que la persona ha hecho.

Al amor no le importa donde vivan.

Al amor no importa cuál es el trabajo que tienes.

El amor no tiene que tener una iglesia o denominación.

Amor es todo lo que necesitamos.

El amor es JESÚS.

Hoy, hay muchas familias necesitadas que esperan por un corazón movido por Dios. Debemos mostrar ese gran Amor por donde vayamos. Que la bendición de Dios llene tu vida.


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