Paginas

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Heme aquí, ¿envíame a mí?

¿ A quien enviaré, y quien irá por nosotros?
Al escuchar esta pregunta, uno no puede mas que entender que Dios tiene una urgencia en su voz, porque él estaba buscando a alguien que fuera a llevar su mensaje. Un mensajero que fuera fiel, y que lo diera exactamente como Él lo daba.
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí envíame a mí” (Isaías 6:8). Este texto en la Biblia es conocido como el llamamiento de Isaías, llamado a ser mensajero de Dios.

En estos tiempos, la iglesia esta desenchufada a lo que esta sucediendo alrededor de ella. Las almas se están perdiendo, y no hay muchos que sientan el dolor que esto le causa a Dios.

EL DOLOR QUE TIENE DIOS EN SU CORAZÓN
a) Porque las almas se están perdiendo.
b) Porque no tiene a quien enviar.
c) Porque su iglesia esta distraída con las cosas de este mundo.

Hoy en día, se están levantando muchos ministerios de alabanza por todas partes del mundo; Pero lo que más se necesita hoy en día en el pueblo de Dios son misioneros que vayan y lleven el evangelio de salvación a todo el mundo. (Romanos 10:14-16)

¿Porque muchos no sienten el dolor que siente Dios?
Será Porque estamos ocupados en nuestras cosas, en lugar de estar ocupados en las cosas del Señor.

Jesús dijo: “…¿Porque me buscabais? ¿ No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar” (Lucas 2:49)

Por esta razón Jesucristo nunca se desvió, porque siempre se mantenía ocupado en los negocios de su Padre. Hoy en día, esto es al revez, nosotros nos desviamos por no estar en los negocios de nuestro Padre.

SITUACIÓN DE LA IGLESIA (EN GENERAL)
La condición de la iglesia de hoy en día, se puede comparar a la parábola de la gran cena:

“Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: he comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y no puedo ir”. Lucas 14:15-24

Los tres excusados:
  • El que compro una hacienda
  • El que compro una yunta de bueyes
  • El casado

No se lee que la Biblia prohíba alguna de estas tres cosas. En sí el problema no esta en ninguna de estas tres cosas, sino en que cada uno de los excusados le dio prioridad a sus cosas, antes que darle prioridad al Señor.

El primer excusado:
Dice la Biblia que esta persona compró una hacienda y que iba a verla. Esta claro que nadie compra sin ver. Podríamos decir que la verdad no era esta, de la hacienda, sino que esta persona estaba afanada en los negocios de este mundo. Y dándole primer lugar a los negocios de este mundo, que a los negocios de Dios. Y para él era más importante una hacienda que atender a la gran cena, la cual ya estaba preparada para él.

El segundo excusado:
La Biblia dice que esta persona había comprado cinco yuntas de bueyes, este segundo excusado casi era primo del primero, porque casi andaban en lo mismo, el primero en los negocios y este en el trabajo. Así hoy en día muchos que se excusan de no atender a la iglesia por causa del trabajo, porque dicen: Que ya no les alcanza el dinero. Por esto es que tienen que trabajar, incluso horas extras.

El tercer excusado:
La Biblia dice que esta persona se acababa de casar. Como que si esto fuera un impedimento para que la persona atendiera. Este le dio preferencia a su matrimonio, antes que al Señor. Jesús dijo: “ De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios. Que no haya de recibir mucho mas en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna” (Lucas 18:29-30).

RECUERDA:
Estimado amigo(a) olvida ya las excusas, comienza hoy mismo a buscar esa corona de vida que el Señor Jesús le dará a los que le sigan y le amen. La escritura dice en Hechos 17-30: Dios habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al hombre con justicia. Hechos 2-38: Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados y recibirán el don del Espíritu Santo.

Si lo sigues, y le obedeces, el Señor Jesucristo llenara tu corazón y todo lo que hagas tendrá color en tu vida, encontraras la verdadera razón de vivir y el motivo por el cual fuiste creado; nunca olvides que vivir para Dios es la máxima meta del hombre en la tierra. Dios te bendiga.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario