Cuando el pan de cada día no
parece seguro, cuando el granero está vacío, la leche y miel escasean; en
momentos en que no hay abrigo que brindar a quien lo pide y no hay fuerzas para
caminar las dos millas.
El vino y el aceite se
agotaron, el futuro nos causa angustia, ansiedad y preocupación; parece que no
pasaremos de este presente, la vida abundante parece ya imposible… Cuando
nuestra alma se angustia por todo ello, al distraernos en estos afanes,
descuidamos nuestra vida espiritual; pero llega el momento crucial y dirigimos
la mirada hacia el cielo, no como el fariseo sino con la actitud del publicano.
Con un ruego vehemente pedimos que el Señor hable a nuestro ser y aguardamos en
actitud de escucha.
¿Qué será lo que el
Maestro tiene por decir, nuestro Rey y Señor, acerca de esta realidad?
DIOS CUIDA DE TUS NECESIDADES MATERIALES (Mateo 25-30)
La orden directa del Rey
a sus siervos, ante toda circunstancia de ansiedad, es la de «No os
angustiéis». Entonces sus hijos, prestos a su orden, hemos de vivir sin
congojas ni distracciones, siempre prestos a su llamado a la vida, para lo cual
fuimos hechos. Él es la vida, la fuente y el sustento; Él nos dio la vida y por
su gracia respiramos. La vida que el creador nos dio indudablemente está en un
cuerpo, que tiene necesidad de comida, bebida y vestido; lo que en momentos de
escases puede acarrearnos gran preocupación debido a las carencias.
PRIORIZA LA VIDA DEL
HOMBRE (Mateo 25)
El Maestro, dador de la
vida, nos recuerda que ante sus ojos es más importante la vida que nos otorgó,
así como nuestro cuerpo, creación suya, antes que cualquier necesidad terrenal;
por lo que no hay razón para angustiarse. Así como Él la creó, Él la sustenta.
CONSIDERA LAS AVES DEL
CIELO (Mateo 26)
Las aves del cielo son
sustentadas y alimentadas por el creador, que son estimadas en gran manera;
pero los seres humanos son aun de mayor estima. Esta verdad es más que
suficiente para dejar a un lado toda ansiedad y continuar con nuestras
actividades bajo el Sol.
TIENE DETERMINADO EL
TIEMPO DE VIDA (Mateo 27)
El dejarse acongojar
por las vicisitudes de la existencia, de ninguna forma hará que se prolongue
nuestro tiempo por esta tierra, por lo que es absolutamente improductivo,
inútil e infecundo persistir en la angustia y ansiedad.
CONSIDERA LOS LIRIOS Y
LA HIERBA DEL CAMPO (Mateo 28-29)
De varios colores,
formas diferentes; las flores solo viven por un lapso de tiempo muy corto,
éstas, así como la hierba del campo, viven sin ningún afán ni preocupación;
esto se debe a que la vida de cada una de ellas es sustentada por el Creador,
de tal forma que llevan una existencia mejor que los reyes israelitas de antaño.
Al meditar en este hecho es insoslayable el hecho de que el Eterno hará lo
mismo y aún más y mejor por cada uno de nosotros, que llegamos a ser sus hijos
por adopción, por la fe en nuestro único y suficiente salvador Jesucristo. No
debemos distraernos más sino crecer en la fe de nuestro señor.
DIOS CUIDA
SUFICIENTEMENTE DE LAS NECESIDADES BÁSICAS (Mateo 31-32)
El ser agobiado
constantemente por la carencia de lo necesario para vivir los días bajo el sol
tiene un tinte de aquellas personas que no le conocen y viven en sus afanes,
angustiados y lejanos al Padre Celestial.
Jehová Jireh, nuestro
Dios, en su omnisciencia tiene presente a detalle las necesidades de cada
siervo suyo, quienes esperamos entonces en su providencia obviamente en una
espera activa: sembrando, segando, recogiendo en graneros.
DIOS CUIDA DE NUESTRA
VIDA ESPIRITUAL (Mateo 33)
Como hijos de quien es
la Justicia, es adecuado seguir su naturaleza de llegar a la estatura del varón
perfecto, quien dio ejemplo de vida y de justicia. Una vida que conlleva
acción. Compartir el pan con el hambriento, albergar al errante en casa, cubrir
al desnudo, socorrer al huérfano y a la viuda. Actuemos de tal modo que
crezcamos en la esfera espiritual priorizando en nuestra vida el reino de Dios.
Él concederá las peticiones de nuestro corazón, de aquello que hace falta para
sustentar la vida terrenal.
DIOS CUIDA NUESTRO
FUTURO (Mateo 34)
En nuestras
limitaciones, falencias y carencias vislumbramos un futuro muy angustiante,
nuestro Rey nos recuerda «no os angustiéis». Entonces no nos distraigamos y
entretengamos, hagamos hoy lo que debemos hacer, dejemos el mañana en manos del
Eterno Dios, Rey de los siglos.
RECUERDA: Si aún el grano no está
en el granero; ni la vid, ni la higuera, ni el árbol de olivo ha florecido
todavía; nuestro Señor y Dios nos exhorta a no angustiarnos. Entonces, no
distraernos en las carencias y no descuidemos lo importante de trabajar
en la extensión de su reino, que por lo demás el proveerá conforme a su
misericordia, ya que es nuestro único y sabio Dios.