Desdichadamente la gran mayoría de los cristianos solo critican, y a otros no les interesa en lo más mínimo. Pero, ¿qué nos enseñan la biblia?
La biblia nos enseñan que el amor al prójimo tiene que ser de acciones y no solo palabras. (Gálatas 5:14-15). A través de ella aprendemos que como cristianos nosotros no estamos llamados a juzgar y condenar, después de todo, ¿quién eres tú para juzgar? (Mateo 7:1).
La escritura nos revela que no podemos despreciar a aquellos que por una razón u otra se han apartado de los caminos del Señor. No podemos menospreciar a nuestros hermanos en la fe. (Romanos 14:10). Nuestra obligación como creyentes fieles es de ayudar a aquellos que se han extraviado. ¿Permitirás que tu hermano se pierda sin tratar de ayudarle? (1 Corintios 8:11-12). Nunca podemos olvidarnos del hecho que los fuertes estamos llamados a, y somos responsable de ayudar a los débiles. (Romanos 15: 1-2).
¿Qué tenemos que hacer? En vez de juzgar y criticar tenemos que orar por ellos, rogándole al Padre que sean restaurados. (Efesios 6:18). Reflexiona en todo esto por un momento. Cualquiera puede resbalar y caer. ¿Qué si te sucede a ti? ¿Cómo te gustaría que los creyentes que te rodean te traten? (Mateo 7:12). Así que si estás fortalecido en el área espiritual, no critiques y condenes a tu hermano caído, sino extiende tu diestra y ayúdale a levantar. (Gálatas 6:1-2).
En Ezequiel 34 encontramos que la Palabra de Dios nos habla y revela a un pastor que llegaría en busca de las ovejas perdidas y extraviadas. Encontramos que este pastor es Jesucristo, y que Él nos ha encargado a cada uno de nosotros la responsabilidad de continuar Su obra. (Mateo 28:16-20).
Cumplir con lo que Dios nos ha encargado debe, y tiene que ser lo más importante en la vida de todo cristiano fiel. Después de todo, ¿Cómo podremos decir que servimos a Jesús si no hacemos su voluntad? (Lucas 6:46).
Jesucristo dejo la perfección del cielo para venir en busca de ti y de mi, personas completamente extraviadas de la presencia de Dios. Jesucristo nos ha dejado su palabra para fortalecernos y encaminarnos en la voluntad de Dios. Estábamos completamente perdidos y sin esperanza de alcanzar a Dios, pero el Señor nos proveyó el camino (Juan 14:6).
Ahora ¿si Jesús estuvo dispuesto a dejar la perfección del cielo, qué estás dispuesto tu a hacer por un hermano caído? ¿Solo criticaras sus acciones, o iras en busca de él como Jesucristo vino en busca de ti?
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